Las chaquetas de cocinero, son una prenda indispensable en cocina. Si sabes elegir bien, te identifica con tu tipo de cocina, o al menos así debería de ser.

 No imagino a un cocinero de un chiringuito, portando una chaqueta blanca 100% algodón egipcio de la firma Egochef o Bragar, de la misma forma que no concibo que un chef de estrella Michelin porte una chaqueta barata de importación asiática de popelín. A ver que nadie me malentienda, no comparo ni la cocina ni a sus cocineros, cada tipo de negocio tiene su encanto sus recetas y su lugar en el tiempo. Y a mí personalmente, todas me gustan, según la ocasión.

Un chef de cocina de un restaurante de cierto nivel adquisitivo, debe portar una indumentaria laboral acorde a la factura que vamos a pagar, obviamente, esto no implica que el cocinero tenga más o menos habilidades, pero el ser humano es de primeras impresiones y es importante aprovechar lo que epiformes ofrece en su web, para sacar el máximo partido  a tu negocio.

Debemos abrir la mente e incluso los que nos dedicamos a la venta de ropa laboral, en ocasiones, nos cuesta ver ciertas combinaciones de ropa, pero hay que tratar de parar, reflexionar y buscar el motivo y lo que vamos a transmitir a nuestros clientes con nuestro uniforme.

Años atrás Egochef sacó una nueva línea de ropa laboral, chaquetas, gorros, pantalones y bandanas de cocinero con el estampado  de unos dinosaurios de múltiples colores.

Eran llamativas, coloridas y divertidas, pero me costaba ver en qué tipo de negocio podrían encajar o mejor dicho en qué tipo de cocina, podrían destacar. Y fue cuando por casualidad en una visita a Madrid, terminamos cenando en el Mercado de San Miguel y fue ahí donde me percaté que debía abrir más la mente.

Para aquellos que no lo conozcan, El Mercado San Miguel  a día de hoy a parte de frutas pasteles y otro tipo de delicias, es un lugar de reunión donde puedes probar todo tipo de pinchos, tapas y raciones desde lo más clásico a lo más innovador, recién salido de diferentes escuelas de hostelería de alta cocina.

Pues fue ahí donde vi tres cocineros en una esquina del mercado, en no más de tres metros cuadrados, preparando pinchos suculentos portando dichas chaquetas, si me lo hubiesen contado sin verlo, no me hubiese encajado del todo, pero una vez que los vi, me di cuenta que encajaba a la perfección. Chicos jóvenes no más de 27 años elaborando pinchos súper sofisticados y llamativos, luciendo una chaqueta de cocina de Egochef de estampados de dinosaurios de colores.  Al acercarme a la barra, no pude evitar poner atención en las conversaciones de las personas que esperaban turno para pedir y a todos les llamaba la atención y todos hablaban de las chaquetas de los cocineros. Como es lógico pensar, los tres jóvenes, se uniformaron de esa guisa con el fin de romper la monotonía del lugar donde la gran mayoría portaba chaquetas clásicas blancas ¡Si su cocina era original e innovadora, porque no serlo con la imagen!

No sé si os pasará como a mí pero yo necesito referentes visuales para recordar un sitio, porque del nombre del establecimiento, es fácil que no lo recuerde, si le tengo que decir a alguien para repetir en mismo lugar y comida, la pregunta sería ¿Nos tomamos unos vinos y comemos algo en el Mercado San Miguel, en el sitio ese de los cocineros con las chaquetas de dinosaurios?  Parece que me extiendo demasiado, pero no queda otra, quiero demostrar que como se suele decir. “Más vale una imagen que mil palabras”

Hoy en día, y esto es una opinión muy personal, pienso que los chefs de cocina, al menos la mitad, adquieren su chaqueta de cocinero, en función de los gustos, es decir si una chaqueta les gusta más o menos, pero sin pensar en la posible repercusión entre sus clientes. La competencia es voraz y muy variada y debemos aprovechar cualquier matiz que nos haga diferenciarnos del resto y la indumentaria laboral, es uno más, que hay que aprovechar.

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