La ropa laboral, está mucho más expuesta al deterioro que la ropa normal de vestir dado que es de uso diario y de muchas horas al día, es por ello que es importante desinfectar, lavar y secar de forma eficaz dichas prendas para su uso en el trabajo.

 ¿Por qué la ropa secada al sol desprende ‘aroma a limpio’?

Se debe a la formación de algunas moléculas, las mismas que se encuentran en el cardamomo, la vainilla, la canela y otras flores y especias, no sólo huelen a limpio, los rayos ultravioletas es sabido que es un desinfectante natural.

 La luz ultravioleta (UV) es una luz invisible al ojo humano que se divide en tres tipos de menor a mayor intensidad: UVA, UVB y UVC. Esta última forma es la que se utiliza en los mecanismos de desinfección, ya que puede destruir el ADN de los microorganismos.

 A todos nos ha llamado la atención el olor que percibimos cuando está a punto de llover o cuando está cerca una tormenta, esto es debido al ozono. Es un olor muy particular y característico que recuerda a la ropa limpia, secada al sol, es un olor intenso a limpieza a frescor en definitiva a pureza. Esto no es casual, existe una explicación científica. Son muchas las empresas químicas relacionadas con los perfumes y detergentes, los que llevan años, estudiando dichos olores, de vestimenta secada al sol, con el fin de emular dichos aromas para geles y perfumes.

 ¿Por qué la ropa secada al sol desprende "aroma a limpio similar al ozono"?

Aunque en el pasado varios estudios han intentado explicar el origen de este buen olor, solo ahora se ha descubierto el ‘secreto’ del aroma de la ropa: esto se debe en gran parte a las moléculas orgánicas producidas por la ropa mojada alcanzada por los rayos del sol.

 La investigadora italiana Silvia Pugliese, publicó su estudio sobre por qué la ropa secada al sol tiene ese aroma,  en la revista Environmental Chemistry.

 Pugliese y sus colaboradores de la Universidad de Copenhague lavaron unas toallas de algodón tres veces en agua pura y luego las colgaron a secar en tres lugares diferentes: en una oficina vacía, en un balcón a la sombra de una marquesina y directamente al sol.

 Una vez secas, las toallas se sellaron en una bolsa durante 15 horas. Luego, se examinaron los productos químicos emitidos por cada toalla y se compararon con los emitidos por la bolsa vacía, otra toalla de algodón sin lavar y el aire en la sala de secado. ¿Resultado? Solo la toalla más fragante, la que se había secado al sol, había producido una gran cantidad de aldehídos y cetonas, moléculas orgánicas que también se encuentran en plantas y flores.

 Según Pugliese, el fenómeno podría depender de la exposición de la ropa al ozono, capaz de transformar sustancias químicas comunes en aldehídos y cetonas. No solo eso: incluso la exposición a los rayos ultravioleta podría tener un impacto, ya que favorece la formación de los llamados radicales libres que favorecen la producción de esos aldehídos y cetonas.

Finalmente, puede haber otras dos causas contribuyentes.

La primera: las gotas de agua sobre la ropa mojada actúa como una lupa que atrae y concentra los rayos del sol, acelerando estas reacciones químicas.

La segunda: el perfume de la toalla es más fuerte si se trata de algodón, ya que los aldehídos se unen más a esta fibra por ser naturales.