Hace poco menos de una década, entró con fuerza en el mundo occidental la vuelta al culto por el cabello masculino, tras décadas de moda de llevar cabelleras y barbas rasuradas al uno u dos como mucho. Los hípsters fueron los que en poco tiempo con su look y costumbres, consiguieron integrar en la sociedad y extender a más gente sus tendencias.

La tendencia a llevar de nuevo barba hizo que se abriera en el mercado del estilismo un hueco para barberos jóvenes que años atrás habían ido desapareciendo así que tal y como se fue la moda, volvió, y posiblemente en unos años vuelva a desaparecer.


Las barberías han aparecido y desaparecido a lo largo de la historia como negocio fructífero según las modas y costumbres. La aceptación en la sociedad en gran medida, ha hecho que llevar o no llevar barba era bien visto o todo lo contrario según el periodo histórico del momento y la ubicación geográfica en el planeta. Podía ser visto como un signo de distinción y de clase o justo lo contrario por no mencionar que ha sido una exigencia moral en ciertas religiones o como ya hemos dicho todo lo contrario.

El rasurar la barba como es lógico pensar, no es algo de ayer, se remonta a la edad de bronce sobre el 3.100 a.C donde ya existían piedras afiladas a modo de cuchilla de afeitar.

Existen vestigios que  demuestran que ya los egipcios de la alta sociedad le daban importancia al hecho de rasurarse barbas y cuerpo en general.

En la Edad Media, los sacerdotes acostumbrados a hacer las tareas de cirujano se ven obligados a compartir su actividad con la barbería,  ya que el Papa Alejandro III prohíbe que el clérigo siga practicando dichos actividades, durante unos años un barbero sería una mezcla de estilista y matasanos.

Con los años, la sanidad iría evolucionando de forma independiente relegando a los barberos, sólo al cuidado del cabello y de las barbas.

El negocio de la barbería como se conoce hoy en día encontraría su raíz en el siglo XVII  empujado por el uso de las tan conocidas pelucas que burguesía y reyes usaban de forma habitual y no fue hasta el fin de la Revolución francesa donde iría decayendo dicho uso 


Las barberías actuales de hoy, son un fiel copia de las que se pusieron de moda en Estados Unidos en los años 20 donde las barberías eran punto de encuentro entre los más jóvenes.

Epiformes con su granito de arena ha decidido añadir a su catálogo de prendas una pequeña muestra de delantales especiales para Barber Shop, con estampados hípster que evocan dichos años 20 tan de moda en este siglo.