God save The Queen

Nos encantan los uniformes de trabajo que portó la Reina Isabel II durante décadas. Ya nos hubiese gustado ser sus proveedores de confianza.

Ya, ya sé que muchos diréis que no eran uniformes, para nosotros alguien que a diario se pone un atuendo especial con la intención de crear opinión dar una sensación y lo usa a diario en el trabajo que sea, para nosotros, que tenemos ese defecto profesional, es un uniforme de trabajo, concluyendo, es ropa laboral.


Ella en cada acto, en cada evento social, vestía de una forma particular por varios motivos, uno de ellos intuimos, porque le gustaba, otros son por seguridad, siempre tenía que vestir con modelos y abrigos, muy particulares, existía la necesidad de verla rápido en caso de emergencia atentado etc y tres para que fuera reconocida de forma inmediata por la gente, no hay que olvidar que su 1,61 cm de estatura, no ayudaban a ser vista con premura, había que buscar alternativas. Si hacemos memoria, hasta su paraguas era transparente, no era algo casual, era por motivos de seguridad y márquetin.

Su vestidor, el que medio planeta querría para sí, ocupaba toda una planta de Backingham Palace. 

Atestado de vestidos, abrigos, bolsos y complementos, sin olvidar joyas, de las más valiosas de este planeta, unas adquiridas durante su reinado y otras heredadas de reyes anteriores.

Se le calculan unos 5.000 sombreros (Hechos a mano 40 horas de media en cada uno), todos ellos exclusivos, más a juego todas las prendas que ya hemos mencionado, abrigos, vestidos, zapatos, complementos y joyas, echen números. Ojo, o hacemos referencia a vestidos ni complementos exclusivos de la monarca, por ejercer de reina como el vestido que se empleó para su coronación ni otros para diferentes eventos especiales, solo hacemos referencia a la ropa y complementos usados en el día a día en el trabajo, como uniforme.




Su majestad, no podía ir vestida ni coincidir con nadie que llevase su mismo atuendo, de ahí que la mayoría de sus prendas de vestir fuesen exclusivas. 

Su estilista durante más de 25 años fue Ángela Kelly. La estilista desveló, con el consentimiento de Isabel II, todos los secretos del armario de la reina en su libro "'The Other Side of the Coin' o 'La otra cara de la moneda'. Kelly, que ostentaba el cargo de Ayudante Personal, Asesora y Comisaria de Joyería, Insignias y Vestuario, fue la artífice de varios de esos llamativos y brillantes conjuntos.

La vestimenta de Isabel II fue marca de la casa, cualquier británico que la hubiese visto de espaldas o con la cara tapada, hubiese sabido que se trataba de su Majestad.

Fue un vestuario atemporal, Isabel II quiso con dichas vestimentas, lanzar un mensaje a quien la viera, quería dejar clara la fortaleza de la casa Windsor, reinó por más de 70 años y vivió durante 96, tuvo tiempo de sobra para hacerse notar, ver y respetar y mucho de ello fue gracias a su imagen a su seriedad.

Son muchos los post que escribimos en Epiformes con la sana intención de inculcar a nuestros clientes, sean o no conscientes de ello, que un uniforme de trabajo, no tiene que elegirse, sólo porque nos gusta, tiene que hacerse con la intención de transmitir los sentimientos por los que queremos ser recordados y lograr que nuestro cliente vuelva y si el uniforme es un 20% de dicho mérito, simplemente trabajémoslo.

Posiblemente, no sepamos como visten los diferentes componentes del resto de monarquías en Europa y fuera de ella, pero si hablamos de Isabel II, todos sin excepción sabríamos decir como viste, al menos a grandes rasgos, sin ser profesionales del diseño. Pues eso justamente es lo que ella trató de lograr ante los ojos del mundo, y lo logro, con creces.

Como se suele decir, UNA IMAGEN, VALE MÁS QUE MIL PALABRAS. 

Hay otro que dice: Aunque la mona se vista de seda, mona se queda, pero eso es para hablarlo en otro post futuro. 

Posiblemente será muy cansino, siempre tratando al final con el mismo mantra, pero es que lo vemos y vivimos a diario, la imagen es algo muy importante, y hasta hace bien poco, la ropa laboral, al uniforme, no se le tomaba en serio, era una prenda que sólo servía para proteger nuestra ropa de calle de manchas y no nos percatamos que son pancartas informativas que dice, quienes somos, como es nuestro negocio y que pretendemos conseguir con él.

Si quieres marcar la diferencia con tu competencia, déjanos que te asesoremos.

Lámanos.